miércoles, 12 de mayo de 2010

Características de género del teatro (A)

1. Características generales

El género dramático constituye uno de los principales géneros literarios. Presenta un conflicto entre uno o varios personajes que se desarrolla mediante el diálogo.

El teatro se presenta al receptor de dos maneras:

a) En un escenario, mediante una actuación o puesta de escena de la obra.

b) A través de la lectura, como si se tratase de una novela. De esta manera se pierden elementos tales como la música, el movimiento, etc.

Así, este género literario cuenta con las siguientes características básicas:

· El tiempo de representación es bastante limitado en comparación con la duración real de los hechos, por lo que no se pueden permitir demoras.

· El hilo argumental debe captar la atención del público durante toda la representación. El recurso más común para conseguirlo es establecer, cada cierto tiempo, un momento culminante o clímax.

· El teatro es una mezcla de recursos lingüísticos y espectaculares. El texto literario se suma a los elementos escénicos.

· La obra se desarrolla y queda determinada por el diálogo.

· El autor queda oculto detrás de los elementos. Sin embargo, aparecen las acotaciones, breves indicaciones que da el autor sobre los elementos escénicos, que aparecen entre paréntesis.

2. Elementos que intervienen en el teatro

Los elementos que otorgan personalidad propia a este género son los siguientes:

Acción

Son todos los acontecimientos que suceden en escena durante la representación, es decir, el argumento que se desarrolla ante nuestros ojos cuando asistimos a una representación teatral.

La acción suele estar dividida en actos o partes, también denominados jornadas. La antigua tragedia grieta estaba dividida en episodios, separados entre sí por las intervenciones del coro. Con el teatro romano se generalizó la división en cinco actos, hasta que Lope de Vega redujo la acción a tres actos, división que se mantiene actualmente.

Si dentro de un acto se produce un cambio de espacio, se ha producido un cambio de cuadro, por lo que dentro de un acto puede haber distintos cuadros.

Por otro lado, cada vez que un personaje sale de la escena o se incorpora uno nuevo, se produce una nueva escena. Un acto constará de tantas escenas como entradas y salidas de personajes haya.

Personajes

Los personajes son tipos teatrales que reflejan caracteres humanos generales, con rasgos permanentes y funciones fijas dentro de la obra. Llevan a cabo la acción dramática a través del diálogo.

Debido a las limitaciones espacio-temporales, es difícil llegar a una caracterización profunda de los personajes, por lo que sólo se analizan con detenimiento los protagonistas.

Con el desarrollo del teatro en el Siglo de Oro, aparecen una serie de personajes o tipos característicos que representan actitudes o comportamientos ideales. Estos personajes son:

- El galán y la dama. Ocupan el centro de la intriga amorosa, que se suele resolver con el matrimonio entre ambos. Son nobles, virtuosos y heroicos.

- El criado y la criada. Son los sirvientes de los anteriores. El criado aporta elementos cómicos.

- El padre. Es la figura más respetable, encargado de custodiar el honor familiar.

- El rey. Actúa como juez que resuelve los conflictos.

- El villano. Desea mantener su honor frente a los abusos nobiliarios.

Tensión dramática

Es la reacción que se produce en el espectador ante los acontecimientos que están ocurriendo en la obra. Los autores buscan el interés del público mediante la inclusión de momentos culminantes (clímax) al final de cada acto, lo cual contribuye a que se mantenga la atención hasta el desenlace. En contraposición, el anticlímax se produce cuando el conflicto que presenta la acción llega a un desenlace inesperado o no previsto.

La tensión dramática pone en juego recursos como el avance rápido de la acción justo después de la presentación o momentos que van retardando el desenlace para aumentar el interés.

Tiempo

No es fácil el tratamiento del tiempo en una obra dramática, ya que ésta se desarrolla ante los ojos del espectador. Las posibilidades que ofrece una novela, por ejemplo, son prácticamente infinitas en comparación con una obra teatral.

Hemos de diferenciar entre tiempo de la representación y tiempo aludido.

· El tiempo de la representación es lo que dura la obra teatral (dos o tres horas, habitualmente). En ese tiempo se debe desarrollar una acción determinada, que puede o no durar lo mismo que la representación.

· El tiempo aludido es el tiempo ficticio que transcurre desde que comienza la obra hasta que termina, que suele ser bastante mayor que el tiempo de la representación.

Como hemos dicho arriba, las obras se suelen dividir en actos o jornadas. Normalmente, si se produce algún salto temporal, éste estará situado entre dos actos, y serán los personajes los encargados de informar, mediante sus palabras, del tiempo que ha transcurrido con respecto al acto anterior.

Aristóteles, en el siglo IV a. C., estableció en su Poética unas sencillas técnicas que ayudaban a evitar los saltos espaciotemporales: se trata de la regla de las tres unidades, según la cual la acción de una obra dramática sólo se podrá desarrollar en un día (unidad de tiempo), en un único espacio (unidad de lugar) y con un solo hilo argumental, sin acciones secundarias (unidad de acción).

Lope de Vega rompe con estas reglas tan estrictas y el teatro del Romanticismo (XIX), siguiendo las directrices de Lope en su Arte nuevo de hacer comedias, consagrará la ruptura definitiva con la Poética de Aristóteles, que llegará a nuestros días.

Acotaciones

Se trata de aclaraciones que el autor de la obra teatral realiza sobre cómo debe ser el decorado, cómo se tienen que mover los personajes, qué gestos deben hacer... Son orientaciones que intentan clarificar la comprensión de la obra, por lo cual, aunque aparezcan ante nuestros ojos cuando leemos una obra dramática (normalmente entre paréntesis o con letra cursiva), no pueden ser pronunciadas durante una representación.

3. El diálogo en el teatro

El desarrollo de la acción se produce mediante el diálogo, mediante las conversaciones que los personajes mantienen entre sí. Estas conversaciones se pueden producir entre dos o más personajes.

En algún momento, un personaje, apartándose del resto o desviando su mirada, puede hacer un comentario en voz alta, destinado al público, que no es oído por el resto de personajes. Este recurso se denomina aparte. Mediante los apartes los personajes realizan reflexiones en voz alta, hacen comentarios malintencionados o declaran un pensamiento que puede ser de utilidad para el desarrollo de la acción. La finalidad de los apartes es la de informar al público.

Por otra parte, uno de los recursos más característicos del teatro es el monólogo: discurso que un personaje, normalmente solo sobre el escenario, pronuncia para sí mismo a modo de pensamiento o reflexión, aunque en realidad el receptor último es el público. Suele tener un carácter lírico y reflexivo y una extensión considerable.

Por último, en el teatro clásico grecolatino solía aparecer un coro que, en ciertos momentos de la representación, era tomado por la voz de la conciencia del personaje, el narrador o una comunidad de personas. Este personaje colectivo solía poner el punto final a cada uno de los episodios en los que estaban divididas las obras dramáticas.


4. Los principales géneros dramáticos

Géneros Mayores

a) La tragedia:

Protagonizada por personajes de alta categoría social que se ven arrastrados por la fatalidad a graves conflictos entre sí, a través de un lenguaje esmerado y cuidado. La tragedia griega se caracteriza por el horror, la desgracia y la muerte.

El protagonista suele ser el héroe, que actúa con el decoro suficiente de acuerdo a las normas establecidas. Suele representar un ideal de comportamiento humano. Contra este héroe se encuentra el antagonista, que puede ser un solo hombre o un conjunto de circunstancias contrarias a la voluntad del protagonista.

El conflicto suele desembocar en la catástrofe, en la fatalidad. Las obras están regidas por las tres unidades (acción, lugar y tiempo). Los espectadores, ante la contemplación de una tragedia, se solidarizan y sufren con el protagonista, con lo que llegan a la catarsis (liberación).

b) El drama o tragicomedia

Suele tratar un tema legendario, aunque con efectos cómicos protagonizados, fundamentalmente, por el coro. Los dioses no intervienen en la vida de los hombres y puede haber más de una acción al mismo tiempo. Se encuentra a medio camino entre la tragedia y la comedia: no se evitan las situaciones cómicas, pero tampoco el desenlace trágico.

La tragicomedia principalmente va a mostrar la trayectoria del héroe tragicómico, que tiene un objetivo que perseguir (el amor, la justicia, la ambición, etc), y de cómo éste lo consigue o no pasando por una serie de obstáculos para llegar a su fin. Si los obstáculos se presentan como positivos y lo acercan cada vez más a su objetivo, el final será negativo.

c) La comedia:

La comedia es un género drámatico en el cual los personajes protagonistas se ven enfrentados a las dificultades de la vida cotidiana, movidos por sus propios defectos hacia desenlaces felices donde se hace escarnio de la debilidad humana. La comedia se origina en el mundo griego, pero se va desarrollando a lo largo del Medievo y la Edad Moderna , hasta llegar a nuestros días.

Se basa en la ridiculización y denuncia desenfadada de costumbres y problemas cotidianos. Los protagonistas suelen ser personas normales que sufren en escena, aunque siempre desde un punto de vista cómico. Se busca la risa, por lo que el desenlace es feliz, desenfadado y alegre, sin olvidar la ironía.

Géneros Menores

· Auto sacramental: obras de tema religioso que cuentan con un solo acto en verso. Los personajes son alegóricos (la Muerte, el Pobre, el Rico, la Hermosura, el Mundo...). Este género vive su apogeo durante el siglo XVII, gracias, sobre todo, a Calderón de la Barca. Se solían representar durante el día del Corpus.

· Sainete: pieza corta (uno o dos actos) de carácter cómico y costumbrista, que puede estar escrita en verso o prosa. El principal cultivador de sainetes es Ramón de la Cruz.

· Paso: obra breve con finalidad cómica concebida para ser representada en los entreactos de las obras mayores. Su creador fue Lope de Rueda (s. XIV).

· Entremés: breve pieza teatral que se representaba en los entreactos de las obras mayores. Tiene un carácter cómico y representa un ambiente popular. La acción y los personajes del entremés suelen ser más complejos que en el paso, de mayor simplicidad técnica. Uno de los mejores autores de entremeses es Miguel de Cervantes.

· Farsa: obra cómica, breve, y sin otra finalidad que la de hacer reír. Suele tener un marcado carácter satírico y se caracteriza por la exageración de las situaciones.

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