lunes, 10 de mayo de 2010

El teatro español del s.XX hasta 1939 (A)

Contexto histórico

La situación histórica en España durante el primer tercio del siglo XX es enormemente convulsa. Tras el desastre del 98, España afronta una crisis económica que será causa del pesimismo y desánimo, aún mayores de los españoles. Sólo hay una recuperación parcial durante la Primera Guerra Mundial ante la que España permanece neutral.

Posteriormente, llega al poder el general Primo de Rivera, que instaura un régimen militar sin libertades, si bien es cierto que la situación económica mejoró sensiblemente. Pero un batacazo económico y la presión de los republicanos hicieron que el general dimitiera en 1930. Poco más tarde, tras unas elecciones en las que vencieron los republicanos, el rey Alfonso XII, que había vuelto tras la dictadura, volvió a huir y se proclamó la II República española el 14 de abril de 1931.

La República inició hondas reformas de tendencia socialista, hasta que en 1936 la sublevación del ejército en el norte de África al mando del general Franco entre otros, dio comienzo a la Guerra Civil (1936-1939) que marcaría profundamente en todos los aspectos al país

Situación general del teatro español en el primer tercio del siglo XX

Desde finales del siglo XIX hasta 1936 nos encontramos un teatro muy ligado a los intentos renovadores y a los modelos experimentales de teatro. Como consecuencia, no se puede concebir una historia del drama europeo de la mitad de nuestro siglo, en la que la obra de Valle-Inclán o García Lorca, no ocupen un lugar destacado

Esto explica el panorama del teatro en el primer tercio de siglo, cuyas distintas tendencias pueden dividirse en:

a) El teatro que triunfa: Se trata de una continuación, en cierto modo, del que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX. Se sitúan en esta línea:

- Jacinto Benavente, y su escuela.

- El teatro en verso, neorromántico, muy influenciado por el Modernismo.

- El teatro costumbrista.

b) El teatro que pretende ser innovador: Aportan nuevas técnicas y formas dramáticas. En esta línea hallamos:

- Los autores noventayochistas y noventistas (Unamuno, Azorín...)

- Una segunda actitud es el veintisiete (Salinas, Lorca, etc...)

Jacinto Benavente y su escuela

Jacinto Benavente fue un autor polifacético, capaz de abordar con éxito casi todos los géneros teatrales como la comedia, la tragedia, el drama o el sainete. Entre sus características principales podemos destacar: La gran variedad de ambientes en los que basaba sus obras, pudiendo defenderse tanto en ambientes urbanos, rurales, plebeyos y aristócratas. La abundancia de tipos humanos y personajes de sus obras y su magnifica caracterización. El conocimiento casi perfecto sobre todos los recursos escénicos y la capacidad para dar relieve dramático a las acciones más intrascendentes. Además podemos encontrar en su obra toques de poesía y una sutil y exquisita ironía. Aunque sin duda, las tres palabras que mejor definen su obra son: Realismo, naturalidad y verosimilitud.

El teatro de Jacinto Benavente se especializó en la comedia burguesa o alta comedia. Este género teatral se caracteriza por el reflejo en escena de los conflictos propios de la burguesía, haciendo Jacinto uso de estos conflictos para mostrar al espectador entendido su sutil critica a los medios jurídicos, políticos e informativos cuando son usados para la manipulación del entendimiento.

Sobre sus obras, escribió desde teatro infantil, El príncipe que todo lo aprendió en libros”, obras de una mayor profundidad como “La malquerida”, drama rural inspirado en su estancia en Toledo y que presentan fue adaptada al cine en 1939.

Cabría destacar su obra “Los intereses creados” .En ella se ponen en movimiento los personajes de la «commedia dell'arte» italiana, con psicología española, y se hace una sutil y perspicaz crítica del positivismo imperante en la sociedad contemporánea. La obra logró tan entusiasta acogida, que el público enfervorizado llevara a su autor en hombros hasta su domicilio.

Autor de una proverbial capacidad lingüística, en el cual es posible encontrar cierta remembranza con el arte expresivo y el gran dominio de la palabra de Oscar Wilde. Cultivó además del teatro, la poesía y el ensayo, aunque serian su obra teatral la que le llevaría a conquistar preciados galardones: Premio Nobel de Literatura en 1922 ("por haber continuado dignamente las tradiciones del teatro español"), Gran Cruz de Alfonso X el Sabio en 1924, y más tarde ya en 1950 la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.

Teatro costumbrista y cómico.

Responde a una visión idealizada, autocomplaciente y tópica de la vida popular. Suele presentar ambientes pintorescos en los que se mueven tipos populares llevando a cabo actividades cotidianas, nada fuera de lo común. El humor se basa en personajes graciosos y en el lenguaje castizo. Los mejores representantes de este tipo de teatro fueron Carlos Arniches, Benito Pérez Galdós y los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero.

Carlos Arniches

Carlos Arniches y Barrera nació en Alicante en 1866 y falleció en Madrid en 1943. Fue un comediógrafo español considerado el más claro continuador del sainete costumbrista del siglo XIX. De joven colaboró con el diario La Vanguardia, de Barcelona, hasta que se trasladó a Madrid. Encontró un protector en el músico Ruperto Chapí, autor de numerosas partituras del género chico y hombre popularísimo. Arniches se trasladó a Madrid y con ayuda de Chapí logró entrar en el mundo teatral madrileño habiendo colaborado antes en diversas publicaciones. Sin embargo, su verdadera vocación era el teatro.

La trayectoria teatral de Carlos Arniches (Alicante, 1866-Madrid, 1943) es una de las más largas e importantes de su época. Desde su estreno en 1888 hasta su fallecimiento, llevó a los escenarios más de doscientas obras -muchas de ellas escritas en colaboración-.

Así pues las características generales de su teatro son:

- Gran éxito en sus obras, aceptación por parte del público y de la crítica.

- Abarca multitud de géneros de la época, sobre todo los más populares, pero con cierto estilo propio. Escribió sainetes, tragedias grotescas, comedias, zarzuelas y la totalidad de los géneros populares de por entonces.

- Supo actualizar el costumbrismo teatral sin renunciar a la tradición, obteniendo un teatro a medias entre lo tradicional y lo innovador.

- Fue capaz de crear un lenguaje propio con miles de frases ocurrentes, sabiendo transmitir el humor de un modo magnífico.

- Representa a la perfección el ambiente castizo urbano y popular de la ciudad de Madrid de su época.

La obra de Carlos Arniches es muy extensa y, como se ha dicho antes, escribió muchas veces en colaboración, pero sus obras más destacadas son: Es mi hombre, sátira del machismo; Don Quintín el Amargao, La chica del gato, Casa editorial, El santo de la Isidra, Los aparecidos, El amigo Melquiades, Los Caciques, El pobre Valbuena entre muchas otras obras. Mención especial merece La señorita de Trevélez, donde se critica a la juventud burguesa, ociosa y desocupada, que ignora los sentimientos de los demás con sus crueles bromas.

Los Hermanos Álvarez Quintero

Nacidos en Utrera, en 1871 y 1873 se instalaron en Sevilla, donde vivieron bastante tiempo como empleados de Hacienda, mientras colaboraban en diversas publicaciones como El Diablo Cojuelo, para proceder a su dedicación exclusiva al teatro. Su debut como autores tuvo lugar en 1888 con Esgrima y amor. El éxito de la comedia les impulsa a viajar a Madrid, donde, a partir de 1889, estrenan varios sainetes líricos y juguetes cómicos. Tuvieron un gran éxito como dramaturgos y sus obras fueron traducidas a varios idiomas. Fallecieron en 1938 y 1944 respectivamente.

Las características de su teatro no tienen nada de específico sobre las generales de la comedia costumbrista, si bien hay que resaltar su maestría para representar los diálogos populares y su humor desenfadado y ocurrente.

Sus obras más importantes fueron, dentro del primer tercio del siglo XX y en el campo de la comedia, las siguientes: El genio alegre, Malvaloca, Puebla de las Mujeres, Las de Caín y Mariquilla.

Benito Pérez Galdós

Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria en el año 1843. En opinión general es el mayor novelista español después de Cervantes. A los diecinueve años se traslada a Madrid con el fin de estudiar la carrera de Derecho. Allí conoce a Francisco Giner de los Ríos, quien le alentó a escribir. Fue un observador atento de la realidad, asistía con frecuencia a los cafés, conocía bien las redacciones de los periódicos, con los cuales colaboraba, y mantuvo contactos con la política, defendiendo a los progresistas. Falleció tras una exitosa carrera en Madrid en 1920.

Es más famoso por su novela que por su teatro, y en general sus obras más importantes están escritas antes del siglo XX. No obstante, durante el siglo XX también tiene cierta relevancia con las siguientes características, algunas de ellas comunes al resto de su obra:

- Maestría en el uso del habla popular para los diálogos.

- Siguiendo el realismo, rehúye el artificio, la complicación, y tiende a un lenguaje directo y claro.

- En muchos de sus diálogos se aprecia una ironía similar a la cervantina, en especial la usada en el Quijote.

Sus principales obras teatrales en estos años son: Electra, Mariucha, El abuelo, Bárbara, Celia en los infiernos, Sor Simona y Santa Juana de Castilla

Teatro poético


También llamado de ensueño, es tan popular antes como después de la guerra, los autores escriben en prosa poética y tiene las siguientes características:

- Presenta una visión amable, irónica y comprensiva de la vida.

- Está íntimamente unido al Modernismo en todos los aspectos, tanto formales como temáticos.

- Combina humor, ternura y nostalgia.

- Los personajes profesan pasión por la fantasía y la felicidad por medio del amor u otros elementos.

- Los principales temas son:

* Conflicto entre realidad y fantasía

* Imposibilidad de vivir en la ilusión

* La defensa del amor, de la comprensión y de la libertad

Los autores más destacados en éste tipo de teatro son:


Francisco Villaespesa

Es el más importante autor de teatro poético de este momento. Nació en la provincia de Almería, el 14 de octubre de 1877. Inició estudios superiores en la Universidad de Granada, pero pronto se dedica por entero a la poesía y el teatro. En 1897 marcha a Madrid, y un año más tarde, publica su primer libro de versos. Colaboró en las más prestigiosas revistas de aquel tiempo. Al mismo tiempo Villaespesa escribe para el teatro. Su gran éxito El alcázar de las perlas, le proporcionó una inmensa popularidad, que enseguida se extendió por los países de habla hispana. Y allí se traslada. Pero, derrochado el capital y enfermo, regresa a España. Muere en Madrid el 9 de abril de 1936.


Aunque es plenamente modernista, tiene mucho de romántico, y reúne todas las características antes citadas del teatro poético.


Entre sus dramas más famosos aparte del ya citado, hay que recordar Doña María de Padilla, Aben Humeya, Bolivar, La Leona de Castilla y Judith. En su poesía dramática predomina el lirismo y el interés por la forma, siempre dentro de la línea modernista.

Eduardo Marquina


Eduardo Marquina Angulo (Barcelona, 21 de enero de 1879 - Nueva York, 21 de noviembre de 1946), fue un importante periodista, poeta, novelista y dramaturgo español, perteneciente a la corriente del Modernismo, con un gran éxito por su obra. Estudió derecho y filosofía en la universidad. Se ubicó en la lírica modernista y neorromántica. En su desarrollo ideológico partió de postulados izquierdistas para ir pasando con el tiempo hasta posturas más conservadoras. Al final de su vida, viajó por diferentes países europeos y americanos, falleciendo en la ciudad de Nueva York donde trabajaba como diplomático en 1946.

Sus obras más importantes son: Con Las hijas del Cid (1908), Doña María la Brava (1909), En Flandes se ha puesto el sol (1910), quizás la más recordada de todas y El rey trovador (1912).

Es también autor de la primera letra oficial que tuvo el Himno Nacional Español (Marcha Real), por encargo de Alfonso XIII.

Manuel Machado

Poeta español, hermano mayor del gran poeta Antonio Machado, es una figura representativa del espíritu modernista en la poesía española de su época. Vivió largas temporadas en París. Escribió para la revista La Caricatura. Tras conocer a R. Darío, la estética modernista penetró profundamente en sus concepciones poéticas, forjadas también en el simbolismo francés. Falleció en Madrid en 1947.

Su espíritu claramente modernista adquirió, a diferencia de los otros autores, un talante más andalucista en los últimos años de su vida, con obras que hablaban de su tierra más que de los temas clásicos del Modernismo. También en este aspecto, reflejó en varias de sus obras la manera de hablar de los andaluces.

Sus principales obras teatrales en este periodo son: La duquesa de Benamejí, La prima Fernanda, Juan de Mañara, Las adelfas, El hombre que murió en la guerra, Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcarcel. Aunque su obra teatral más importante sin duda fue La Lola se va a los Puertos, muchas de ellas escritas en colaboración con su hermano Antonio.


Intentos de renovación teatral. Valle –Inclán

El siglo XX es el siglo de la gran renovación del Teatro. La aparición en el plano internacional de grandes directores que revalorizan los textos de autores como Ibsen o Chéjov, la incorporación de avances técnicos como la iluminación eléctrica, las nuevas posibilidades escenográficas y la aparición del cine como nuevo arte, determinan la renovación escénica española que se potencia por la aportación teórica de intelectuales preocupados en que el Teatro traspase la barrera de su público burgués y se convierta en un medio cultural comprometido con las clases populares.

En España, hablar de renovación teatral en el primer tercio del siglo XX es hablar de Valle – Inclán y su esperpento.

Su verdadero nombre fue Ramón del Valle y Peña y procedía de una familia hidalga venida a menos. Un año después de concluir el Bachillerato, inicia sus estudios de Derecho (1886) en Santiago de Compostela, que abandonará a la muerte de su padre. Vive en México y Cuba entre 1892 y 1893, y se instala en Madrid a partir de 1896, donde frecuenta la compañía de poetas modernistas, como el que será su gran amigo, Rubén Darío. En Julio de 1899, un penoso enfrentamiento con Manuel Bueno se saldó con la amputación de su brazo izquierdo, gangrenado.

En cuanto a su obra teatral, el teatro de Valle-lnclán suele dividirse en cinco períodos:

1. Ciclo modernista. A él pertenecen obras como El Marqués de Bradomín (1906) y El yermo de las almas (1908).

2. Ciclo mítico. Partiendo de su Galicia natal, Valle-lnclán crea un mundo mítico e intemporal. La irracionalidad, la violencia, la lujuria, la avaricia y la muerte rigen los destinos de los protagonistas. Pertenecen a este período la trilogía Comedias bárbaras y Divinas palabras (1920).

3. Ciclo de la farsa. Se trata de un grupo de comedias recogidas en un volumen titulado Tablado de marionetas para educación de príncipes (1909, 1912, 1920). Estas obras presentan un continuo contraste entre lo sentimental y lo grotesco, y sus personajes, marionetas de feria, anuncian la llegada del esperpento.

4. Ciclo esperpéntico. Está formado por Luces de bohemia (1920 y 1924) y el volumen titulado Martes de Carnaval (1930). El esperpento, más que un género literario, es una nueva forma de ver el mundo, ya que deforma y distorsiona la realidad para presentarnos la imagen real que se oculta tras ella. Para ello utiliza la parodia, humaniza los objetos y los animales y animaliza o cosifica a los humanos. Presentados de ese modo, los personajes carecen de humanidad y se presentan como marionetas.

5. Ciclo final. En esta última etapa Valle-Inclán lleva a su extremo las propuestas dramáticas anteriores: presencia de lo irracional e instintivo, personajes deshumanizados, esquematizados y guiñolescos, y la técnica distorsionante del esperpento. Sus obras quedan recogidas en Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte.

Generación del 27

A pesar de su fama, conviene dar ciertas características de este movimiento. Por un lado, son la unión de lo clásico y de la innovación, sin renunciar a ninguno de los dos, obteniendo motivos de ambas tendencias. El estilo se caracteriza sobre todo por la metáfora y la imagen, el artificio está presente en casi todas las composiciones, en concreto en los poemas que muchas veces resultan difíciles de entender.
En cuanto a la temática, tratan sobre todo del amor, las preocupaciones sociales, las inquietudes íntimas y la muerte en el sentido trágico de la vida. No obstante, la obra teatral del grupo es muy abundante, y en cierto modo, cada autor imprime al teatro su sello personal, no pudiendo quedar claras unas características comunes, si bien es cierto que todos escriben en la línea vanguardista, de nueva poesía.

Max Aub

Max Aub Mohrenwitz (París, 2 de junio de 1903 – Ciudad de México, 22 de julio de 1972) Residió en Francia hasta 1914, año en que se trasladó a Valencia. En 1918 cursó estudios en la Escuela Moderna, en la Alianza Francesa, y la enseñanza secundaria en el Instituto Luis Vives de Valencia. Cuando comenzó la Guerra Civil se encontraba en Madrid; era ya un intelectual reconocido y dirigía en Valencia el grupo teatral El Búho.

Las principales características de su obra en estos años son el estilo artificioso, preocupado mucho en la forma y la crítica humorística, sobre todo a las posturas políticas contrarias a su condición socialista.

Las obras teatrales de este período son: El desconfiado peligroso (1924), El espejo de avaricia (1927), Narciso (1928), Teatro incompleto (1930), si bien sus obras más importantes son posteriores a este periodo.


Alejandro Casona

Nació en Tineo (Asturias) en 1903. Dirigió en Murcia un grupo de teatro infantil llamado El pájaro pinto. Durante la II República española, tuvo activa participación en la campaña cultural de las Misiones Pedagógicas. En 1937 se va de España, se traslada a México y finalmente a Argentina, país en el que vivirá hasta 1963, año de su regreso a Madrid donde falleció en 1965.


Sus características más significativas son los juegos entre realidad y sueño de base poética y el enorme simbolismo al que somete su poesía y también su teatro.


Sus obras durante estos años, al igual que ocurre con otros autores, no son las más relevantes, aunque sí destacan El crimen de Lord Arturo (1929), La sirena varada (1934), El misterio de María Celeste (1935), Otra vez el diablo (1935), El mancebo que casó con mujer brava (1935), Nuestra Natacha (1936), Prohibido suicidarse en primavera (1937), Romance en tres noches (1938), siendo esta penúltima la más importante de todas.

Federico García Lorca

Escritor de renombrada importancia en el teatro español del siglo XX, su teatro es un teatro poético, en el sentido de que gira en torno a símbolos medulares —la sangre, el cuchillo o la rosa—, de que se desarrolla en espacios míticos o presenta un realismo trascendido, y de que, en fin, encara problemas sustanciales del existir.


En cuanto al estilo destaca por el marcado simbolismo, y las marcadas influencias de Lope de Vega y Calderón de la Barca en cuanto al uso del verso en los dramas. Muy dado a los temas de fatalismo griego en una Andalucía trágica y a la vez muy moderno confiriéndole siempre una innegable dimensión real a los ambientes y los conflictos.


Entre sus obras destacan: Mariana Pineda (1927), Bodas de sangre, Yerma (1934), Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, La casa de Bernarda Alba (1936).

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